Una rabieta infantil, es una situación que incomoda mucho a los padres, dependiendo de donde se produzca. No es lo mismo la calle, un lugar público donde mucha gente puede verlo, a estar en casa.
La rabieta es una expresión de ira que se produce por muchos motivos. El cansancio, rebeldía, llamada de atención de los adultos, frustración al oír un no por respuesta...
Es normal que las rabietas aparezcan en esta edad y lo más importante es no ceder ante ellas. Ya que si los niños ven que cada vez que tienen una rabieta o pataleta y los papás, dejan de hacer lo que estaban haciendo en ese momento y le dedican por completo toda su atención, los niños se van a acostumbrar y las tendrán con más frecuencia para conseguir su objetivo.
Es normal que las rabietas aparezcan en esta edad y lo más importante es no ceder ante ellas. Ya que si los niños ven que cada vez que tienen una rabieta o pataleta y los papás, dejan de hacer lo que estaban haciendo en ese momento y le dedican por completo toda su atención, los niños se van a acostumbrar y las tendrán con más frecuencia para conseguir su objetivo.
Durante la rabieta, los niños no atienden a los padres o adultos que estén con ellos en ese momento. Es bueno dejarles que se desahoguen y una vez finalizda, y que el niño esté calmado, se hable con él y se le diga que ese comportamiento no es el adecuado. Se le puede llevar a un sitio tranquilo y vigilar que no se lastime.
Una vez tranquilo, hablaremos con el niño y algo importante a tener en cuenta, es que pida perdón.
Una vez tranquilo, hablaremos con el niño y algo importante a tener en cuenta, es que pida perdón.
También hay que valorar la posibilidad de un castigo, para mostrar que después de ese comportamiento inadecuado, cada acción tiene una consecuencia.
Lo más importante es mantener la calma ante estas situaciones. Si durante la rabieta al niño se le grita, sólo conseguiremos que aumente la duración de ésta. Lo mejor es no perder la calma y hablar cuando se haya tranquilizado.
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