La noche del 31 de octubre es una fecha asociada con los muertos, las brujas y la magia. La razón de estas prácticas es que el origen de Halloween está estrechamente relacionado con la fiesta celta del Samhain y también con la celebración cristiana del Día de Todos los Santos, que tiene lugar el 1 de noviembre.
En el siglo XIX, la fiesta llegó a Estados Unidos a través de las pequeñas comunidades de irlandeses católicos que fueron a vivir allí. Y, fue en ese momento, cuando la celebración incluyó algunas tradiciones irlandesas, como las calabazas de Halloween, inspiradas en la leyenda de “Jack el tacaño”.