En todos los países que más o menos se rigen por una cultura cercana a la occidental se cierra el año con mucho bullicio y distintas tradiciones, entre ellas (y como no podía ser menos) las referidas a la gastronomía. Así por ejemplo, los italianos inician la ‘notte di Capodanno’ con una cena en la que las lentejas son plato imprescindible. Además, después de brindar por el nuevo año, es costumbre tirar la copa por la ventana. Por su parte, los ciudadanos noruegos toman el tradicional aguardiente o la dorada cerveza acompañada por típicos platos a base de pescado. Para los ingleses, estas señaladas fechas no serían lo mismo sin su christmas pudding, mientras que los franceses hacen un reveillon (cena de Nochevieja) para ‘supercomilones’ en la que se cocinan grandes cantidades de comida. Por otro lado, en Alemania es tradición dejar en el plato algunos restos de lo que se haya cenado hasta después de medianoche, como forma de asegurarse una despensa bien surtida durante el año siguiente.
Pero nada más saludable que la vieja costumbre española de tomar doce uvas coincidiendo con las doce últimos segundos del año como ‘ritual’ para atraer la suerte. Tan arraigada está esta tradición que cada fin de año son consumidos ni más ni menos que unos 500 millones de uvas, pero... ¿de dónde procede exactamente esta ‘ceremonia gastronómica’?. Pues bien, según la mayoría de las teorías parece ser que todo empezó cuando, en el año 1909, los viticultores cosecharon tal cantidad de uvas que, al no saber qué hacer con el excedente, decidieron repartirlo gratis entre la ciudadanía ‘inventando’ que su consumo en Nochevieja traería fortuna. Y debió de traer mucha porque, desde aquel año, esta tradición se ha seguido celebrando hasta hoy e, incluso, algunos países sudamericanos han empezado también a institucionalizarlo.
No entiendo como una institucion salesiana puede enseñar o propiciar esto a los pequeños: NADA MAS SALUDABLE QUE LA VIEJA COSTUMBRE ESPAÑOLA DE TOMAR DOCE UVAS COINCIDIENDO CON LOS DOCE ULTIMOS SEGUNDOS DEL AÑO COMO RITUAL PARA ATRAER LA SUERTE. Cuando el Catecismo advierte seriamente contra todo este tipo de supersticiones. Vease: http://www.corazones.org/apologetica/practicas/supersticion.htm donde ponen al final... La "suerte", entendida como una fuerza que pueda afectar el destino, no existe. El cristiano sabe que depende de la Providencia divina y que es responsable por su libre albedrío. Las tradiciones serían supersticiosas sólo si se les atribuyen poderes mágicos como el poder de tener suerte por ejemplo. Ejemplos de supersticiones: la "maldición del #13, de los gatos negros, de pasar bajo una escalera; comer uvas el año nuevo para atraer la buena suerte. Hay fiestas que reúnen un conjunto de supersticiones, por ejemplo, Halloween. ¿Como se sentira Don Bosco de ver a sus hijos espirituales enseñando que saludable tradicion es comer las las uvas para tener suerte? QUE DIOS LES BENDIGA MUCHO Y LES DE LUZ.
ResponderEliminarLa tradición de comer uvas el último día del año, es eso, una tradición, que la gente puede seguir o no libremente. En ningún momento, desde nuestra Institución Salesiana estamos inculcando ni obligando a nadie a hacer algo que no quiere.
ResponderEliminarEste artículo se ha publicado para dar a conocer el por qué de esta tradición popular española, que cada vez se va extendiendo más, sobre todo en Sudamérica.
Siento que lo haya entendido de otra manera.
QUE DIOS LE BENDIGA A USTED TAMBIEN Y LE ILUMINE DE FORMA CLARA